5.- La gestión de los residuos
La generación de residuos forma parte de la vida. Al consumir sus alimentos, los animales desechan lo que no pueden asimilar o lo que no desean ingerir. Todo cuanto consumen es sometido a un proceso de digestión y metabolización cuyo resultado es la producción de residuos.
El problema con el que nos encontramos en la actualidad es el enorme volumen de residuos sólidos urbanos (RSU) que generamos. Según los daros del Ministerio de Medio Ambiente, en 1995 se generaron 15 millones de toneladas de RSU; en 2006 esta cantidad se había elevado a 22 millones. Solo una mínima parte de este incremento se explica por factores demográficos; el resto se debe a tres causas:
- Los nuevos materiales.
- El exceso de embalajes.
- El aumento del consumo, que supone la causa más importante.
Aun cuando el 100% de esta basura fuera orgánica y por tanto biodegradable, la naturaleza sería incapaz de absorber por sí misma semejante cantidad de residuos.
El sistema tradicional de tratamientos de RSU se basaba en la recogida de la basura y su traslado a un vertedero o su incineración. Hasta hace muy poco, un vertedero era simplemente un lugar donde se acumulaba la basura. Los problemas sanitarios asociados a los vertederos son graves: como consecuencia de la acción de las bacterias y de las altas temperaturas, la basura se descompone, produciendo lixiviados que se filtran por el subsuelo alcanzando los acuíferos, y gases como metano y dióxido de carbono. Algunos vertederos han alcanzado grandes proporciones y han llegado a ocasionar accidentes como incendios o avalanchas.
Esta clase de vertederos sigue siendo abundante en España. Los gobiernos municipales ha incluido entre sus prioridades su sustitución por vertederos controlados, grandes agujeros cuyo fondo fondo y paredes han sido impermeabilizadas con arcillas compactadas. Además los vertederos controlados cuentan con un sistema de drenaje que desvía los lixiviados a una planta depuradora y el metano a una pequeña planta generadora de energía eléctrica.
La incineración puede ser una opción aceptable siempre que las plantas incineradoras extremen las precauciones para evitar la difusión de los productos tóxicos resultantes de la combustión. Las modernas incineradoras permiten aprovechar al energía generada y cuentan con sistemas de filtrado, pero controlar la instalación para que el filtrado no falle supone un coste adicional, además se generan cenizas muy tóxicas que se deben depositar en vertederos especiales.
El futuro de nuestro planeta depende de nuestra capacidad para reciclar la totalidad de los RSU. El primer paso lo han dado los ayuntamientos, que han puesto a nuestra disposición puntos limpios y servicios de recogida a domicilio para los residuos tecnológicos, además de un número creciente de contenedores selectivos. Igualmente, son cada vez más los ayuntamientos que han instalado contenedores para pilas descargadas y para aceite de freír usado, que puede emplearse para la elaboración de jabones y para la fabricación de biocombustibles, actividad que tiene un gran futuro y que cada vez atrae más inversiones privadas.
5.1 El compostaje de los residuos orgánicos
Los residuos orgánicos constituyen actualmente menos del 50% de los RSU, una cifra que tiende a disminuir debido a los nuevos materiales.
El componente orgánico puede ser compostado. El compostaje era una práctica muy común en el mundo rural antes de que llegaran los modernos fertilizantes. Consiste en la descomposición de la materia orgánica en presencia de oxígeno y en condiciones de humedad y temperatura controladas. El compost es un excelente abono natural muy apreciado por los agricultores, que vuelve a ser demandado en la actualidad para potenciar la agricultura ecológica.
El problema del compostaje es que es imposible garantizar que los residuos orgánicos estén totalmente libres de metales pesados y otras sustancias tóxicas, pese al esfuerzo que se realiza en las plantas de compostaje para eliminar estas sustancias.
Para ellos, es fundamental no arrojar ningún tipo de pila o batería descargada a la basura. En cualquier comercio de electricidad, grandes almacenes e incluso por las calles de muchas ciudades es fácil encontrar contenedores de pilas.
5.2 El reciclaje del vidrio
Las materias primas con las que se
fábrica el vidrio son muy abundantes, or lo que no existe el rieso
de que se agoten. Sin embargo, es muy importante reciclarlo por dos
motivos fundamentales:
El vidrio es un material muiy
estable que tarda miles de años en descomponerse.
La fabricación de vidrio a partir
de materiales reciclados requiere un consumo energétuco menor, con
el consiguiente ahorro en combustibles fósiles y la reducción de
emisiones de CO2.
El vidrio es reciclable 100%. El
proceso se inicia cn la recogida selectiva y el traslado a la planra
de reciclaje. Allí se lavan los envases y se desechan las etiqueta,
se procede a una separación en función del color, ya que este es
indicativo de una composición determinada: es muy importante para la
calidad del producto final que no se mezclen vidrios de diferente
color.
Una vez realizada la separación, el
vidrio es triturado hasta convertirse en un polco fino llamado
calcín. Los desstinatariso del calcín son los fabricantes de
envases de vidrio, quienes lo mezclan con arena, sosa y caliza y lo
funden a unos 1500 ºC. A partir de ese momento la fabricación del
envanse no se diferencia en naa de la que es realizada con materias
primas originales
5.3 El reciclaje del papel y cartón
El proceso de reciclaje de papel y
cartón es tan sencillo como el vidrio. Este que requiere de una
recogida selectiva, lavado, eliminación de impurezas y separación;
tras esta fase se muele el papel y se mezcla con agua para producir
una pulpa que tras su prensado y secado se convierte en el papel
reciclado.
El reciclado del papel resulta bastante
más problemático que el del vidrio. Hasta ahora ha sido imposible
dar con un proceso de reciclado que produzca un papel de calidad
semejante a la del papel fabricado con materias primas originales. No
es posible eliminar la totalidad de la tinta. Mediante la inyección
de jabón y aire a presión se consigue un destintado aceptable, pero
no total, por lo que el papel resultante no será tan blanco como el
nuevo. Además, con cada reciclaje las fibras de celulosa se
deterioran, lo que hace necesario mezclar la pulpa del papel
reciclado con celulosa fresca para garantizar una calidad mínima.
Pero las ventajas superan a los
inconvenientes: el reciclado de papel contamina menos, consume menos
energía , requiere una cantidad diez veces menor de agua y, lo más
importante de todo, previene la deforestación. Para la mayoría de
las aplicaciones del papel no importa que no sea totalmente blanco,
además con la pulpa de peor calidad se puede fabricar cartón para
embalaje.
5.4 El reciclaje de plásticos
Como ya sabemos, el término plástico
hace referencia a toda una gama de polímeros. La dificultad del
reciclaje de plásticos reside en su separación.
Los polímeros termoplásticos son
teóricamente fáciles de reciclar: basta someter a un proceso de
triturado cuyo resultado final son virutas de plástico listas para
su fundido y moldeo. Buena parte de los plásticos que actualmente
utilizamos son de este tipo. Los polímeros termoestables son más
problemáticos, ya que requieren un reciclaje a base de disolventes y
otros agentes químicos.
En la práctica separar los plásticos
resulta costoso, lo que incide negativamente en sus posibilidades de
reciclaje. Una solución que poco a poco se está abriendo paso en el
mercado de productos reciclados es la madera plástica, un material
cuyo principal componente es una mezcla de termoplásticos de
cualquier tipo a la que se añaden pequeñas cantidades de madera y a
veces algo de metal. Los envases muy difíciles de fabricar pueden
emplearse para fabricar este material.
El mayor esfuerzo de investigación
está actualmente orientado al reciclaje químico. La industria
petroquímica está invirtiendo en el desarrollo de técnicas
químicas de reciclado que permitirían recuperar materias primas,
tan válidas como las que salen de una refinería de petróleo, a
partir de la descomposición de plásticos usados.
5.5 El reciclaje de los metales
La minería es una actividad que
requiere una elevada inversión en materiales y mano de obra. Por
otro lado, las vetas de mineral no suelen ser demasiado grandes, por
lo que las minas tienen fecha de caducidad y continuamente hay que
buscar nuevas vetas y abrir nuevas galerías. Otro inconveniente son
los riesgos laborales que conlleva su extracción: el sector minero
presenta uno de los índices de siniestralidad más elevados del
mundo laboral, por lo que extremar las medidas de seguridad
contribuye a un aumento en el coste de actividad minera.
La facilidad con la que se recuperan
los metales sin merma alguna de calidad y el precio al que cotizan
estos materiales ha hecho que el negocio de la chatarra, a pesar de
ser una actividad poco gratificante, genere grandes beneficios. La
preocupación por la sostenibilidad y la conservación del medio
ambiente no ha hecho más que incentivarlo.
Las aleaciones ferrosas son las más
fáciles de reciclar: basta un electroimán para separarlos del
resto de residuos metálicos; a continuación son fundidos,
convertidos en barras o lingotes y servidos a las diferentes
industrias. Los resultados saltan a la vista: más de la mitad del
acero que nos rodea es reciclado.
Otros metales no cuentan con la ventaja
del ferromagnetismo, pero su reciclado es igualmente rentable. Uno de
los más atractivos para los chatarreros es el cobre presente en la
mayoría de conductores eléctricos. El cobre es de fácil
recuperación, ya que no se encuentra mezclado con ningún otro
material aparte del plástico aislante, y su precio siempre es alto.
El plomo y el estaño son también
metales muy fáciles de reciclar gracias a su bajo punto de fusión.
Una vez derretidos se separan con facilidad del resto de impurezas.
Mención aparte merece el aluminio. Su
reciclaje es más difícil y la calidad del aluminio reciclado
depende de su procedencia, por lo que para determinadas aplicaciones
resulta necesario hacerlo por
un proceso de refinado. Las ventajas
son evidentes: si bien el aluminio abunda en la corteza terrestre, su
producción a partir del mineral de bauxita es bastante contaminante
y exige un enorme consumo energético. El aluminio reciclado permite
un ahorro del 95% de energía.
El mercurio es un material altamente
contaminante. Debemos sensibilizarnos para reciclarlo correctamente
prestando gran atención a los termómetros y las pilas de botón.